sábado, 4 de mayo de 2013

XIII MARATÓN ORNITOLÓGICO 2.013

Este año empezábamos el maratón con buenas expectativas porque por primera vez la previsión meteorológica era perfecta y además se celebraba más tarde que en otras ocasiones dando tiempo a llegar a la mayoría de especies estivales.

Iniciamos la jornada, con noche cerrada todavía, en el puerto de Cotos asomados a la vertiente segoviana, y enseguida escuchamos a la especie más madrugadora, el Petirrojo, y a la más trasnochadora, el Cárabo.

A medida que clareaba el cielo poco a poco se iban incorporando nuevas especies que esperábamos en esta altitud como el Acentor común, el Reyezuelo sencillo y el Verderón serrano. Y empezamos a bajar el puerto echando en falta otras especies menos probables pero únicamente posibles en esta parte de nuestro itinerario previsto.

Como ya va siendo tradición, tras fichar a nuestro Mirlo acuático, tiramos de termo para desayunar al pie del puerto, aunque con los ojos y orejas bien abiertos en todo momento.



La zona de Valsaín está esplendorosa en estos días y nos aporta un buen número de especies a la lista aunque a estas horas tempranas no asoma por el cielo el Águila imperial que sin embargo sí se mostraba la semana anterior. Tampoco encontramos la Torcecuello que en una visita anterior no paraba de reclamar.




Abandonamos la zona con 70 especies y tomamos dirección hacia las Hoces del Duratón. De camino, en una parada intermedia, recuperaríamos para la lista al escandaloso Torcecuello en una chopera cercana a la carretera.

Ya en la zona próxima a Sepúlveda aparecen las primeras especies típicas del páramo como las Collalbas gris y rubia, y algunos integrantes de la familia de los alaudidos como Calandria, Cogujada común y montesina, Alondra o Terrera común.





En los distintos asomos al cañón que forma el río Duratón se nos resiste el Roquero solitario pero finalmente lo encontramos en un pequeño cortado mientras buscábamos a la poco abundante Alondra ricotí, que por cierto, aunque no conseguimos verla, escuchamos su característico canto y se incorporó a la lista con los demás.

Este año no tenemos tanta suerte como el pasado con el Búho real o el Águila real en el pequeño valle que visitamos como última localidad de este entorno, aunque disfrutamos del vuelo de la pareja de Alimoches que este año también está criando por aquí. Además, a la entrada del valle, hemos añadido a la lista a las currucas tomillera, zarcera y rabilarga, así como al Escribano hortelano.

Mientras comemos unos bocatas un gorrión no deja de dar la lata en la pared que hay a nuestra espalda. Y no sería hasta acabar con las viandas cuando a Jose Manuel se le ocurrió buscar al gorrión con el telescopio. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando de repente dijo "pero si se trata de un Gorrión moruno". Pues ala, otra especie para la buchaca. Se supone que esta especie cría en colonias y en árboles pero allí estaba él solo (su pareja andaría por allí) en su trozo de pared del cañón.

Dejamos tierras segovianas con cerca de 100 especies y con el Ratonero y la Paloma torcaz recién incorporadas en carretera a la lista, increíble pero cierto. 

En la ribera del Duero entre Castronuño y Toro añadimos ardeidas como Martinete y Garza imperial, pero nos falla la Garcilla bueyera que luego veríamos en Villafáfila y la Garceta común, que definitivamente no aparecería.

Por fin llegamos a la zona de acuáticas y esteparias por excelencia del recorrido, VILLAFÁFILA, y como siempre no decepciona. El problema es que este año hemos llegado más tarde de lo previsto y no contaremos con el tiempo suficiente para prospectarla a conciencia. Aún así, a parte de las impresionantes Avutardas, sumamos para la lista 11 especies de limícolas, 6 de anátidas, además de Zampullines chico y cuellinegro, Gaviotas reidora y sombría, Fumareles común y cariblanco y Pagaza piconegra.



El momento estelar del día sería cuando en la carretera de Otero, mezclados con la multitud de Cernícalos primillas, encontramos un Cernícalo patirrojo posado en el cable a pocos metros sobre nuestro coche, ¡QUÉ BIMBAZO!. Emprende el vuelo y le seguimos hasta perderle, y cuando miramos hacia el mismo cable vemos otro ejemplar. Al menos había dos porque mirando hacia atrás vemos otro que no sabemos si se trata del mismo que salió volando o no.
Pudimos disfrutar de esta preciosa ave a través del telescopio.




Con las últimas luces del día pisteamos por la zona y encontramos Sisón y Codorniz pero ni rastro de Alcaraván, que un año más nos falla.

Trás añadir a la Lechuza en el lugar habitual nos disponemos a intentar escuchar más nocturnas ya con la noche cayendo. Tarea difícil la de detectar Autillo o Chotacabras con el macroconcierto de gryllotalpas. Aun así, in extremis, cuando lo dábamos por imposible, escuchamos al pequeño Autillo que sería el último de la fila.

Aunque, como siempre, echamos en falta algunas especies en principio "fáciles", este año hemos conseguido dar un gran salto con respecto a las marcas obtenidas en ediciones anteriores, y, aunque no esperamos ganar por el nivelazo del resto de equipos, estamos muy orgullosos de la cifra obtenida, 146 (y muy agradecidos al tardío Autillo de no dejarla en la fatídica cifra anterior con su correspondiente rima).

Los números de esta participación:
  Horario: 6:00 - 22:30 
  Total de especies localizadas: 146 
  Total de kilómetros recorridos: 398