sábado, 24 de abril de 2010

X MARATÓN ORNITOLÓGICO 2.010


Este año participábamos por primera vez los 6 integrantes de los Archibebes Tintos. Este número nos obligaba a alquilar un vehículo con más de 5 plazas por lo que nos decidimos por una Mercedes VITO (nosotros es que sin Mercedes no sabemos hacer maratones).

Decidimos concursar en Castilla y León, una comunidad en la que nos estrenamos en 2.008 pero compartiendo la jornada con Castilla La Mancha en aquella ocasión.

Tomando nota de la experiencia que se va adquiriendo, este año habíamos preparado más a conciencia el tema seleccionando un itinerario con alto potencial de especies, elaborando listas por zonas a visitar e incluso haciendo visitas previas a las localidades seleccionadas. Las expectativas que teníamos eran muy prometedoras.

La primera ave de la lista fue el Colirrojo Tizón, que cantaba con la noche cerrada todavía sobre el tejado del hotel donde nos alojamos.

Comenzamos la jornada antes del amanecer prospectando los campos cercanos a Villafáfila con la intención de detectar los sonidos lastimeros del Alcaraván. Se vio y se escuchó el día anterior que ya andábamos por la zona pero en el día “D” no estaba por la labor de colaborar y finalmente no llegó a subir a la lista. Por el contrario, las Codornices estaban bastante activas con sus reclamos. Antes de acercarnos a las lagunas nos salió un Sisón a pocos metros de coche, lo cual nos alegró bastante porque el día anterior ni le habíamos olido.

Las lagunas estaban muy bien de agua y de acuáticas pero bastante pobre en limícolas.

que no se escape ni una ...

Aún así nos fuimos de la zona camino de Toro con 63 especies detectadas antes de las 11:00.

En Toro, tras un desayuno que la media de edad del equipo no puede perdonar a pesar del Teacher, hicimos parada en el puente sobre el río Duero a su paso por esta localidad. Había bastante ambiente pajaril de ribera aunque la lista no se engrosó demasiado.

Nuestra próxima parada sería Castronuño donde no decepcionó la colonia de Ardeidas y Cormoranes.

Ya teníamos decidido hacer un pequeño rodeo en la ruta para apuntarnos a la emperatriz de nuestras aves ibéricas. Por un momento llegamos a pensar que nos iríamos de la zona sin detectarla al no encontrarse en los posaderos donde la habíamos visto anteriormente, pero finalmente Lillo la descubrió volando sobre el pinar. La Adalberti entraba en la lista con el número 100 (un Buitre Negro nos sobrevoló previamente para dejarle esta cifra honorífica).

El siguiente objetivo de ruta fue la Laguna de Cantalejo, donde antes de asomarnos dimos cuenta de unos sándwiches y un buen vino, que ya tocaba. Lo más notable en este punto fue la observación del Zampullín Común.

Hasta el momento la jornada no había ido mal pero había que espabilar o se nos echaría la hora encima, así que pusimos rumbo al río Duratón.

En la primera parada seleccionada no falló el Alimoche ni el Roquero Solitario, salió por sorpresa un Roquero Rojo y una Curruca Mirlona, pero ni rastro de los Aviones Roqueros (ya no aparecerían lo que quedaba de paradas en el cañón).

El día climatológicamente estaba acompañando pero se podía observar que en la zona de la sierra próxima a Riaza en ese momento caían las canales.

Hicimos una parada más por los páramos superiores al cañón en busca de Bisbitas y Currucas. Los primeros no aparecieron pero una Curruca Tomillera de libro sí lo hizo en el último momento.

Una mirada al reloj nos decía que ya se nos había ido la mano y que llegaríamos demasiado tarde a Riaza.

Entre lo tarde que era y las nubes que había en la zona apenas había actividad pajaril en el puerto. Fue bastante decepcionante y optamos como última oportunidad acercarnos a la Ermita de Hontanares a ver si nos deparaba alguna sorpresa el prado y bosque aledaños. Allí apareció un Bisbita Arbóreo que a pesar de la hora cantaba con insistencia, y un Pito Real relinchando a lo lejos, especie que increíblemente no había aparecido en todo el día.

Tras un caldito en el bareto para hacer tiempo a que entrase más la noche salimos de nuevo para intentar escuchar nocturnas. No tardó en oirse un Cárabo en el bosque, pero del Autillo ni rastro.

Así que decidimos hacer una parada en Cerezo de Abajo, antes de subir el puerto de Somosierra de camino a casa. Allí sí que pitaba la pequeña nocturna y la apuntamos como último integrante de la lista. Hacía la especie 127, bastante menos que las 150 que manejábamos en nuestras expectativas, pero hoy por hoy, nuestra mejor marca (de momento). Esperamos que nos sirva para ganar la comunidad y repetir la experiencia de asistir a un Gran Reto.


Los números de esta participación en la comunidad de Castilla y León:

Horario: 6:30 - 23:30
Total de especies localizadas: 127
Total de kilómetros recorridos: 414
Tiempo en movimiento: 7 horas y 20 minutos

Recorrido realizado